Nicolás Repetto[1]
Nicolás Repetto nació en Buenos Aires en 1871. En su infancia conoció personalmente a Domingo F. Sarmiento, que vivía en una casa vecina a la suya. Cursó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de Buenos Aires, en donde fue alumno de profesores como Piñero en Derecho, de Fragueiro en Historia, de Bermejo en Filosofía y de Matienzo en Geografía. Ingresó en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, en donde se graduó como médico en 1894. Antes, siendo alumno del 3º año de la carrera, ejerció como practicante atendiendo heridos durante la revolución de 1890, en el Parque de Artillería. Entre 1894 y 1897 realizó un largo viaje de estudios por Europa. A su regreso, fue cirujano de niños en el Hospital Ramos Mejía.
En el año 1900 se incorporó al Partido Socialista argentino, fundado por el médico Juan B. Justo, maestro de Repetto. En 1902 asumió la dirección del periódico partidario “La Vanguardia”; entre tanto, ejercía la medicina como cirujano, y como tal alcanzaba un importante prestigio. Entre 1903 y 1910 fue cirujano principal del Hospital Italiano de Buenos Aires y en 1909 concurrió al Congreso Internacional de Medicina reunido en Budapest.
Paralelamente, desarrolló un importante acción política y social: en 1905 juntamente con el doctor Justo, fundó la Cooperativa de consumo y vivienda “El Hogar Obrero” y en 1913, a los 42 años de edad, fue electo Diputado Nacional por la Capital Federal. En ese año cerró su sanatorio quirúrgico y su consultorio médico, dando fin a su carrera profesional pese al éxito y notoriedad que en ella había alcanzado, para dedicarse enteramente a la política. Entre 1913 y 1943, el pueblo de la Capital lo eligió ocho veces como Diputado Nacional. En 1932, en un contexto político nacional enrarecido, fue candidato a vice presidente de la Nación integrando la formula opositora con Lisandro De la Torre, en representación de la Alianza Socialista – Demócrata Progresista, que, como era previsible en aquellas circunstancias, fue derrotada a través de un notorio fraude.
En 1941 Nicolás Repetto fue miembro de “Acción Argentina”, un agrupamiento de la civilidad para luchar contra el crecimiento del influjo político del movimiento nazi – fascista. En 1943 fue un opositor vigoroso al golpe de estado de ese año lo que le valió persecuciones, prisión política y exilio.
En 1961 una parte muy importante de la ciudadanía le tributó un gran homenaje cívico al cumplir noventa años de edad. A lo largo de toda su vida, Repetto fue siempre un profesional y profesor universitario, un médico y científico, un pensador y un orientador. Esta personalidad atípica en el medio político, aún en un contexto muy calificado de políticos sobresalientes, le granjeó a Repetto una admiración y un respeto por parte de intelectuales que no siempre compartían sus posiciones. Tal es el caso de la escritora Victoria Ocampo, que decía que el doctor Repetto era el único político con quien ella podía entenderse.
Repetto, además, ha dejado una obra escrita compuesta por una decena de sustanciosos libros, en los cuales aflora con nitidez su pensamiento sobre múltiples temas como el socialismo, la medicina, la agricultura y la política.
Las ideas de Repetto estuvieron muy influidas por su maestro Justo y también tuvo admiración por Jean jaurés. Fundador y director del periódico socialista “L’Humanité”, fue un publicista notorio y hacia la Primer Guerra Mundial desplegó una intensa actividad pacifista y anti nacionalista. A causa de esa postura, fue asesinado en 1914 por un fanático, hecho que conmovió a la opinión pública mundial y evidenció el clima de avasallamiento de la paz por la violencia. “Repetto – escribe José S. Campobassi – admiró a Jean Jaurès y lo consideró el más destacado de los socialistas contemporáneos. Lo conoció y trató en París en 1909 y en Buenos Aires en 1911″. Más aún: Repetto acompañó a Jaurès durante su visita a Buenos Aires y recibió en forma directa sus comentarios acerca de lo que veía, por ejemplo al visitar una fábrica. El caso de Jaurès era interesante: político y periodista, era también un pensador con envergadura filosófica y un historiador documentado.
Sorprende la asombrosa madurez de su personalidad, el equilibrio entre su inteligencia y su voluntad. “Pensar y hacer, hacer y pensar”, decía, “el pensamiento genera la acción, la acción controla el pensamiento”.
Creía que quienes tienen negocios privados no pueden atender negocios públicos y se atuvo a esa regla. Aspiraba a que hubiera transparencia en la vida pública para que el país no acabara siendo una inmensa tienda de mercaderes.
Fue un cirujano eminente que tuvo, como Justo, su “crisis médica”, que lo alejó del quirófano y le señaló el camino del laboreo político y social.
Fue un agricultor que conoció como pocos los problemas del campo, que examinó como socialista y como hombre de estado, pero por encima de todo, consagró su vida a la política y al desarrollo de la cooperación libre.
Fue un civilizador y un hombre de acción, uno de los más calificados testigos de varias décadas del siglo XX argentino. Pero no solamente fue un testigo, sino un actor de primera línea del drama social argentino, realidad que vivió intensamente, con la agudeza de sus observaciones, la profundidad de su análisis y el nivel técnico de sus propuestas.
El movimiento del cooperativismo lo tuvo como un actor principal. Repetto pensaba que la cooperativa es una sociedad de hombres modestos, que tiene por objeto comerciar colectivamente los artículos de sus consumos de forma tal que los asociados se distribuyan los beneficios en proporción al uso que hacen de la sociedad.
Es bueno retener este concepto: consumo desorganizado es el consumo de gente que prescindiendo de los demás, procediendo aisladamente, se presentan a un comercio que está organizado; la cooperación ha opuesto a un comercio organizado, un consumo organizado.
La cooperación no es una institución de carácter filantrópico. El cooperador es un hombre enérgico, activo, que auxilia y es auxiliado, que percibe beneficios como consecuencia de sus esfuerzos.
Fue contemporáneo y amigo de otro de los grandes políticos de nuestro país y de América Latina como fue el Dr. Alfredo L. Palacios con quién las circunstancias del devenir político, lo encontraron hacia el final de sus vidas en distintas posiciones dentro del viejo y glorioso partido fundado por Juan B. Justo. Pese a ello a fines de 1964, cuando el periodista Germán Roland lo puso en conocimiento del delicado estado de salud del ilustre parlamentario, Repetto no dudo un instante en acercarse, junto al Dr. Abraham Zeida, a la casa de la calle Charcas para visitarlo y alentarlo para enfrentar la grave dolencia que lo afectaba. Palacios se emocionó notablemente y luego de una larga conversación que se extendió durante casi dos horas le prometió que la primera salida después de superar el amargo trance sería para devolverle la visita. Luego se despidieron, confundiéndose en un fuerte abrazo que a la postre sería el último, ya que el creador del “nuevo derecho” fallecería poco tiempo después el 20 de abril de 1965.
Aunque su personalidad ha sido hoy olvidada incluso por muchos sectores que por su afinidad intelectual, ideológica o profesional podrían interesarse por su pensamiento, Nicolás Repetto ha sido una de las grandes figuras argentinas del siglo XX y una de las tantas desperdiciadas por una sociedad que ha consumido buena parte de sus energías creativas en estériles luchas por el poder. Repetto fue médico antes de ser político y fue político con bases científicas. Pero además de esas actividades y ocupaciones, fue un hombre de pensamiento y de acción en múltiples terrenos. A lo largo de su dilatada vida, presenció el desarrollo de la telegrafía sin hilos, de la radio, de la aviación, de la televisión y el surgimiento de la computación. Ante todas estas innovaciones tuvo una actitud atenta, interesada y reflexiva. Pese a estar involucrado en las batallas políticas de su tiempo, fue consciente de un proceso de cambio social que, a través de la técnica y de la democratización, tornaba cada vez más importante la actividad comprometida de la ciudadanía.
[1] Fuente: Adrián Camps legislador de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Texto que conmemora y rinde homenaje al Dr. Nicolás Repetto, médico, político, parlamentario, cooperativista y ensayista en el 50º aniversario de su fallecimiento.